Tucker, editor del WSJ, sobre el próximo juicio de Gershkovich

Sin embargo, incluso llamarlo juicio es injusto para Evan y una continuación de esta parodia de justicia que ya ha durado demasiado.

Seamos muy claros, una vez más: Evan es reportero de The Wall Street Journal. Estaba de misión en Rusia, donde era periodista acreditado.

Pero el Kremlin ha tomado medidas severas contra la información independiente, criminalizando de hecho al periodismo. Evan fue capturado por los servicios de seguridad rusos, acusado falsamente de ser un espía estadounidense y encarcelado.

Cuando su caso llegue ante un juez esta semana, no será un juicio como lo entendemos, con presunción de inocencia y búsqueda de la verdad.

Más bien, se hará en secreto. No se reveló ninguna evidencia. Y ya conocemos la conclusión: esta falsa acusación de espionaje conducirá inevitablemente a una falsa condena para un hombre inocente que luego enfrentará hasta 20 años de prisión simplemente por hacer su trabajo. Y además estaba haciendo un excelente trabajo.

Incluso cubrir el caso presenta desafíos para nosotros y otras organizaciones de noticias sobre cómo informar de manera responsable sobre los procedimientos y las acusaciones.

Nos enorgullecemos de nuestros informes imparciales y precisos que no toman partido y evitan los sesgos.

Tampoco repetimos acusaciones infundadas que sabemos categóricamente que no son ciertas para no aumentar las calumnias contra Evan.

Expondremos los hechos claramente tal como los conocemos, como lo hicimos en nuestro titular y artículo a principios de este mes cuando se anunció la noticia de su acusación: El reportero del WSJ Evan Gershkovich, falsamente acusado de espionaje, es acusado en Rusia.

Como prometimos a principios de este año, continuaremos contando la historia de Evan hasta que él pueda contar la suya propia.

Sin embargo, el procedimiento no frenará ni detendrá los esfuerzos de Estados Unidos para liberar a Evan, según Roger Carstens, el principal diplomático de rehenes de Estados Unidos.

Tenemos muchas esperanzas de que esto signifique que Evan y otros detenidos estadounidenses en Rusia regresen pronto a sus hogares. No puede ser lo suficientemente pronto.

Atentamente,

Emma Tucker, editora en jefe de The Wall Street Journal