Un encuentro chileno en la Antártida envía un mensaje a Rusia sobre el territorio

Funcionarios de defensa de Chile se reunieron el jueves en el fondo del planeta en un intento por reforzar los reclamos territoriales en la Antártida mientras aumentan las tensiones por las maniobras de Rusia en la región polar.

Miembros del comité de defensa parlamentario de Chile volaron a una base aérea desierta para una reunión anunciada como una afirmación de la soberanía nacional.

Citando a Rusia como una amenaza, Camila Flores, miembro del comité, dijo: «Nos quedaremos en la Antártida en un acto de soberanía, para salvaguardar y apoyar nuestra integridad nacional frente a cualquier amenaza».

Revelaron poco sobre sus conversaciones en la base llena de glaciares, aparte de decir que abordaron «las condiciones geopolíticas prevalecientes» en el continente blanco que tiene vastos recursos minerales, reservas de agua dulce y ningún gobierno.

La reunión se produjo en medio de informes de los medios sobre el descubrimiento de enormes reservas de petróleo en la Antártida en 2020, cuando el buque de investigación polar ruso Alexander Karpinsky supuestamente descubrió alrededor de 500 mil millones de barriles de petróleo crudo.

La cuestión resurgió a principios de este mes en una sesión parlamentaria del Reino Unido donde los expertos advirtieron que el estudio geológico de Rusia podría poner en peligro la prohibición de décadas de minería en la región.

El estudio de Rusia se llevó a cabo en el Mar de Weddell, donde los reclamos territoriales de Chile se superponen con los de Gran Bretaña y Argentina, según documentos presentados al parlamento británico.

«Continuaremos defendiendo lo que creemos que es justo», dijo Francisco Undurraga, jefe del comité de defensa de Chile, condenando las «aspiraciones equivocadas» de las naciones que se apresuran a ejercer una mayor influencia sobre la Antártida en «un mundo cada vez más hambriento de energía».

Cuando a principios de este mes surgieron informes sobre proyectos rusos de extracción de recursos, Argentina exigió saber si Rusia tenía intenciones científicas o económicas.

El presidente chileno, Gabriel Boric, ha prometido «oponerse totalmente a cualquier explotación comercial de minerales e hidrocarburos».

También han resurgido tensiones históricas sobre reclamos antárticos entre el gobierno de izquierda de Boric y el gobierno de extrema derecha de Argentina.

En un esfuerzo por remodelar la política exterior de Argentina en línea con los Estados Unidos, el presidente argentino Javier Milei anunció el mes pasado la construcción de una base naval en el sur involucrando a los Estados Unidos para ayudar a Argentina a reclamar la Antártida, lo que generó quejas del Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile.

La competencia geopolítica es sólo la última cuestión que pone a prueba el Tratado Antártico de 53 naciones, que en 1959 introdujo el territorio como una reserva científica utilizada sólo con fines pacíficos.

El aumento del nivel del mar debido al cambio climático, el turismo no regulado y la pesca de kril en el Océano Austral son sólo algunos otros desafíos que el sistema basado en el consenso enfrenta.