¿Tengo derecho?

Ellos coexisten

¿Tengo derecho? Nací con ventajas que me prepararon para una buena vida. ¿Pero tengo derecho? Trabajé duro y aproveché al máximo esas ventajas. ¿Pero tengo derecho? He dedicado mi vida a animar a todos con el éxito que he disfrutado. ¿Pero tengo derecho? Sí, merezco toda la fortuna que me han dado.

Sí, soy un privilegiado. ¿Pero a qué me da derecho ese privilegio? ¿Tengo derecho a mi éxito, nacido a costa de aquellos que no tienen ventajas como yo? La verdad es que todos tenemos derecho. Todos merecemos éxito y felicidad. No soy ni más ni menos merecedor que el vagabundo, la madre olvidada, el inmigrante despreciado. Todos tenemos los mismos derechos. Pero sólo algunos de nosotros tenemos la suerte de que se nos hayan dado las llaves para abrir las puertas de nuestros éxitos. Si nos quitaran las llaves que nos dio la suerte de nuestro nacimiento, todos quedaríamos sin hogar, olvidados y odiados.
No olvides que se te ha dado mucho más que riquezas y recursos materiales. Recibí la guía, la sabiduría y el favor de una familia amorosa que me dio una base, una creencia firme en mi propio potencial. Y me dieron un mapa y herramientas para guiarme en mi camino.

Gratitud

Esos valores que sentimos que nos hacen más merecedores que los demás fueron en realidad regalos de otros. No nacimos con ellos. De hecho, mi privilegio comenzó mucho antes de que yo naciera. Y sí, tenía todo el derecho a ello. Pero gracias a un golpe de suerte del destino, encontré mucho más éxito que la mayoría y menos que otros.
La verdad es que todos tenemos derecho a lo que se nos ha dado, nuestro privilegio, al igual que cada alma viviente de este planeta. Pero algunos de nosotros simplemente tuvimos suerte. Nací en una familia blanca de clase media. No nací en Haití. Hay que reconocer esa suerte, ese privilegio. Algunos de nosotros podemos llamarlo una bendición, un favor de Dios. Algunos de nosotros simplemente fuimos bendecidos con más o menos que otros, casi como si el destino fuera una fuerza arbitraria.
Creo que estas bendiciones nos obligan a ayudar a los menos afortunados, a utilizar todos los recursos y talentos que se nos han dado para ayudar a otros. Debemos preguntarnos todos los días: «¿Cómo puedo servir a los demás con los dones con los que he sido bendecido de manera única?» Esa obligación requiere creatividad y despierta en mí mi mayor potencial creativo. Ésa es mi fuerza motriz. Así es como elijo vivir mi vida, lo que elijo hacer con mi privilegio.

El puesto ¿Debería tener derecho? apareció por primera vez en Galería Maniscalco.

Source link

Hi, I’m Corina Guzman

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *