Mochis NoticiasCiencialos gatos son casi líquidos (en cierto modo)
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Ciencia

los gatos son casi líquidos (en cierto modo)

los gatos son casi líquidos (en cierto modo)

A estas alturas, todos sabemos que los gatos pueden adoptar casi cualquier forma que quieran. Sus cuerpos flexibles y movimientos ágiles les permiten meterse en cajas, tazones y casi cualquier espacio reducido que deseen. Ahora, un investigador ha ido más allá y ha explorado la cuestión de si los gatos saben que se comportan como líquidos.

Imagen vía Youtube.

En este contexto, por supuesto, el término «líquido» se utiliza metafóricamente. Los gatos pueden moldearse para caber en varios espacios, del mismo modo que un líquido toma la forma de su recipiente. Científicamente, los líquidos son sustancias que fluyen y se adaptan a la forma de lo que los contiene, sin una forma fija sino un volumen constante. Cuando se aplica a los gatos, la idea es que sus cuerpos sean increíblemente flexibles, lo que les permite estirarse, comprimirse y girarse para caber en espacios reducidos o de formas extrañas.

Pero hay otro aspecto: la conciencia de los propios gatos. Para saber que pueden entrar en estos lugares no intuitivos, los gatos deben ser notablemente conscientes de sí mismos para estimar dónde y cómo pueden entrar.

La autoconciencia en los animales suele asociarse con la complejidad cognitiva. A menudo se prueba mediante la conocida prueba del espejo, en la que se observa a un animal para ver si puede reconocerse a sí mismo. Pasar la prueba del espejo sugiere una forma de autorrepresentación: la capacidad de reconocer el propio cuerpo como distinto del entorno. Sin embargo, la autorrepresentación puede manifestarse de diferentes maneras, no sólo a través del reconocimiento visual, sino también a través de la conciencia espacial: saber cómo encaja el cuerpo en el mundo físico.

Geometría del gato

Ilustración de cómo medir los parámetros del tamaño de un gato.
La ilustración de la encuesta ayuda a medir algunos de los parámetros de tamaño del gato. Créditos de la imagen: Pongrácz, 2024.

El biólogo Péter Pongrácz de la Universidad Eötvös Loránd de Budapest quería comprobar si los gatos son conscientes de su tamaño cuando pasan por pequeñas aberturas. En particular, se centra en aquellos que desafían los límites de su flexibilidad. En otras palabras, Pongrácz quería comprobar si los gatos saben que son «líquidos».

En el experimento participaron 30 gatos domésticos, cada uno de ellos frente a aberturas progresivamente más pequeñas en un panel (en general, se incluyeron 38 gatos en el estudio, pero sólo 30 completaron el experimento). Estas aberturas tenían una altura o un ancho fijo, y el objetivo era observar cómo reaccionaban los gatos ante aberturas que, en algunos casos, eran más pequeñas que el ancho o la altura del pecho del gato.

Dos variantes de aberturas de tamaño progresivamente decreciente. Créditos de la imagen: Pongrácz, 2024.

A medida que avanzaba el estudio, los investigadores notaron algo intrigante: mientras que los gatos se acercaban rápidamente a aberturas altas pero estrechas sin dudarlo, disminuían considerablemente la velocidad cuando se acercaban a aberturas más cortas. Se mostraron reacios, sobre todo cuando la altura de la abertura era menor que la altura del gato en la espalda (la parte más alta de la espalda del gato). En estos casos, algunos gatos incluso buscaban formas alternativas de superar el obstáculo, como saltarlo.

«Sorprendentemente, los gatos mostraron vacilación tanto antes de intentar penetrar las aberturas más cortas como al caminar a través de ellas. Esta «prueba de apertura» requiere una respuesta decisiva por parte del participante antes de hacer contacto con la apertura como prueba de su confianza en su representación mental de su propio tamaño y/o forma», escriben los investigadores en el estudio.

alto versus ancho

Estas observaciones sugieren que los gatos utilizan una combinación de estrategias a la hora de decidir si moverse por un espacio. Cuando la apertura es lo suficientemente alta, confían en la flexibilidad y la experiencia de su cuerpo, presionando con poca preocupación. Pero cuando la altura les resulta incómoda, se detienen, aparentemente conscientes de que es posible que sus cuerpos no encajen.

Curiosamente, el estudio encontró que los gatos más altos eran más propensos a dudar o buscar soluciones alternativas cuando la abertura era incómodamente corta. Esto indica la posibilidad de que la altura del cuerpo desempeñe un papel importante en la forma en que los gatos perciben los obstáculos en su entorno y que puedan ser más sensibles a las limitaciones verticales que a las horizontales.

Los bigotes o vibrisas del gato también pueden desempeñar un papel en este proceso de aprendizaje. Estos pelos muy sensibles se encuentran en la cara y pueden detectar objetos cercanos, lo que ayuda a los gatos a juzgar si pueden pasar por un espacio estrecho. Esta retroalimentación táctil puede complementar su evaluación visual, permitiéndoles tomar decisiones más precisas sobre el espacio.

Un experimento elegante

La primera pregunta que los investigadores querían responder era si los gatos toman una decisión consciente en función de su tamaño corporal antes de intentar atravesar una pequeña abertura. Los resultados muestran que, si bien los gatos no siempre toman una decisión clara antes de acercarse a espacios estrechos, sí muestran signos claros de conciencia corporal, especialmente cuando se enfrentan a aberturas más cortas. Esto sugiere que los gatos no dependen únicamente del ensayo y error para superar los obstáculos. En cambio, se basan en un modelo mental de su propio tamaño en ciertos contextos.

Esto tiene sentido teniendo en cuenta el estilo de vida de los gatos. A diferencia de los perros, que suelen perseguir a sus presas a largas distancias, los gatos deben estar alerta y ágiles. A menudo navegan en entornos complejos, trepan a los árboles, se meten en espacios reducidos y saltan desde lugares altos. En estos escenarios, un error de cálculo puede resultar peligroso.

Esta conclusión sólo fue posible gracias al inteligente diseño del experimento. Al reducir gradualmente el tamaño de las aberturas y observar las reacciones de los gatos, los investigadores pueden evaluar no sólo la agilidad física sino también los procesos cognitivos como la representación de aw. El diseño es simple, pero proporciona información sobre cómo los gatos usan tanto prueba y error como modelos mentales de su propio tamaño para afrontar los desafíos.

Implicaciones para la cognición de los gatos

Este estudio también sugiere que los gatos son capaces de realizar procesos de pensamiento más complejos de lo que a menudo se les atribuye. Si bien es posible que no muestren el mismo nivel de conciencia de sí mismos que otros animales, como los grandes simios o los delfines, su capacidad para juzgar el espacio y ajustar sus movimientos en consecuencia indica un nivel de conciencia corporal bastante notable.

Para los dueños de mascotas, esta investigación ofrece algunas ideas prácticas. Sugiere que los gatos son más que capaces de juzgar si pueden caber en un espacio, lo que puede explicar por qué parecen deslizarse sin esfuerzo a través de espacios aparentemente increíblemente pequeños.

Sin embargo, también enfatiza la importancia de proporcionar a los gatos entornos que les permitan ejercitar esta habilidad natural. Obstáculos como túneles, estructuras para trepar y pasillos estrechos pueden ayudar a mantener la mente y el cuerpo del gato ocupados, permitiéndole fortalecer sus habilidades de conciencia espacial.

El estudio fue publicado en la revista iCiencia.

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