Mochis NoticiasCienciaLos europeos consumían cocaína en el siglo XVII
Mochis NoticiasCienciaLos europeos consumían cocaína en el siglo XVII
Ciencia

Los europeos consumían cocaína en el siglo XVII

Los europeos consumían cocaína en el siglo XVII

Los europeos consumían cocaína en el siglo XVII
Planta de coca. Imagen vía Wiki Commons.

Los investigadores han descubierto pruebas de que la planta de coca, de la que se deriva la cocaína, se utilizaba en Europa como droga ya en el siglo XVII. Este descubrimiento retrasa casi dos siglos el cronograma de la introducción de esta poderosa planta en Europa. Los hallazgos proceden del análisis forense de restos humanos encontrados en una cripta de un hospital del siglo XVII en Milán. La toxicología reveló la presencia de alcaloides de la coca en los cerebros conservados.

Los sudamericanos mastican las hojas de la planta de coca desde hace miles de años. Lo más probable es que lo hicieran por los efectos estimulantes de la planta, que les ayudaba a combatir el cansancio y el hambre. Las hojas de coca contienen alcaloides que actúan como estimulantes, proporcionando una sensación de mayor energía y estado de alerta.

La práctica era particularmente común entre las comunidades indígenas que vivían en altitudes elevadas, donde las hojas les ayudaban a adaptarse al entorno desafiante mejorando la resistencia y reduciendo la incomodidad asociada con el aire enrarecido y las temperaturas frías. Más allá de esto, la hoja de coca tenía un significado cultural y espiritual. Se utilizaban en diversos rituales y en la medicina tradicional, pero los europeos tenían ideas diferentes.

En el siglo XIX, los europeos descubrieron que la planta se podía procesar para producir sales clorhidrato de cocaína. Por lo tanto, crearon una droga que altera la mente mucho más poderosa y que desde entonces se ha convertido en una droga recreativa popular en todo el mundo.

Sin embargo, al observar este estudio, el tiempo no se detiene. Los ejemplares aquí estudiados proceden del siglo XVII, unos 200 años antes.

Cerebros de cocaína

El equipo estudió restos humanos encontrados en la cripta de Ca’ Granda, una cripta de hospital. El hospital en cuestión, el Ospedale Maggiore de Milán, fue uno de los centros médicos más importantes de Europa durante el Renacimiento. Brindó atención a las poblaciones pobres y marginadas de la ciudad. Enterrados bajo la Iglesia de la Beata Vergine Annunciata, en esta cripta fueron enterrados miles de pacientes muertos.

Excavaciones recientes han descubierto restos humanos bien conservados, incluidos huesos y tejido cerebral. Esto proporciona una excelente oportunidad para que los investigadores estudien la historia médica y social de la sociedad milanesa del siglo XVII. La cripta de Ca’ Granda, con sus 14 cámaras subterráneas, contiene aproximadamente 2,9 millones de huesos de más de 10.000 personas que murieron en el hospital en el siglo XVII. siglo – convirtiéndolo en uno de los tesoros arqueológicos más importantes de la época.

El equipo analizó cerebros humanos conservados, que aún contenían sustancias notables. Los científicos encontraron rastros de cocaína, benzoilecgonina (un metabolito inactivo de la cocaína) e higrina, todos asociados con la eritroxilo planta de coca. Hay poco margen de interpretación: los hallazgos no sólo insinúan exposición, sino también consumo.

Además, los investigadores analizaron los registros hospitalarios y no encontraron ninguna referencia al uso de coca como tratamiento, por lo que los pacientes esencialmente tomaban la droga por sus propiedades que alteran la mente. La higrina es importante porque se encuentra sólo en las hojas de coca, no en las sales de clorhidrato de cocaína sintetizadas posteriormente. Este hallazgo proporciona pruebas sólidas de que los individuos mastican hojas de coca, una práctica bien documentada entre las poblaciones andinas pero no verificada previamente en Europa.

Los dos individuos estudiados fueron enterrados en un lugar que sugiere que no se encontraban en buenas condiciones. Esto sugiere que el medicamento era asequible y estaba disponible incluso para los pobres.

¿Pero de dónde vino?

¿Quién trajo la Coca-Cola?

Las hojas de coca a veces se consumen como té en algunas zonas. No está claro cómo podrían haberse consumido en Europa.

Milán, en ese momento, estaba controlada por los españoles. Los españoles también fueron la fuerza dominante en el comercio con América e introdujeron la coca en Europa. A pesar de que los relatos históricos enfatizan su enfoque en productos más lucrativos como la plata, el oro y el tabaco, este estudio sugiere que la coca pudo haber cruzado silenciosamente el Atlántico mucho antes de lo que se pensaba.

Esto es tanto más curioso cuanto que las hojas de coca eran notoriamente difíciles de transportar. No aguantan bien y el español lo sabía muy bien. Las hojas deterioradas no se podían aprovechar y prácticamente no existe referencia histórica de este tipo de comercio.

Estos hallazgos también desafían a historiadores y arqueólogos a reconsiderar el alcance del consumo de drogas en la Europa moderna temprana. Si la coca realmente estaba disponible y consumida en Milán en el siglo XVII, ¿qué tan extendido estaba su uso? ¿Se limitó a fines médicos o cumplió también funciones recreativas o rituales? ¿Era la droga común pero simplemente mal vista e ignorada? Y si la coca estaba presente, ¿qué otras sustancias «exóticas» del Nuevo Mundo podrían haber llegado a manos europeas mucho antes de lo documentado?

En última instancia, los investigadores piden más investigaciones en otros lugares para evaluar si se pueden encontrar rastros de coca. Para resolver este tipo de enigma arqueológico, es importante combinar múltiples líneas de evidencia (histórica, toxicológica, arqueológica). La interacción entre estas disciplinas puede desafiar suposiciones arraigadas y brindarnos una comprensión más matizada de nuestra historia colectiva. ¿Quién sabe qué otras sorpresas encontraremos?

Referencia de la revista: Gaia Giordano et al, La toxicología forense remonta el uso de la planta de coca (Erythroxylum spp.) en Europa a principios del siglo XVII. Revista de ciencia arqueológica (2024). DOI: 10.1016/j.jas.2024.106040

Source link

Hi, I’m Conchita Garcia

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *