Mochis NoticiasCienciaLos cuervos pueden contar hasta cuatro, al igual que los niños pequeños. Y lo hacen en voz alta
Mochis NoticiasCienciaLos cuervos pueden contar hasta cuatro, al igual que los niños pequeños. Y lo hacen en voz alta
Ciencia

Los cuervos pueden contar hasta cuatro, al igual que los niños pequeños. Y lo hacen en voz alta

Crédito: Pixabay.

Los investigadores han descubierto que los cuervos pueden contar hasta cierto punto, una capacidad comparable a la de los niños humanos. Específicamente, los cuervos pueden vocalizar la cantidad de objetos que ven, de manera similar a cómo los niños pequeños aprenden a contar secuencialmente haciéndolo en voz alta (uno, dos, tres). Este sorprendente descubrimiento arroja nueva luz sobre la inteligencia aviar y la evolución cognitiva.

Experimentar con la aritmética de las aves

Para ser claros, no estamos hablando de conteo simbólico, donde los números están asociados con un símbolo particular. Por ejemplo, 1 + 2 = 3 es una operación matemática simbólica y esta capacidad es exclusivamente humana.

Sin embargo, se sabe que otros animales pueden contar y resolver acertijos matemáticos básicos. Las famosas abejas no sólo saben contar sino que también entienden el concepto de cero. Mientras tanto, lo que Diana Liao, investigadora postdoctoral en neurobiología de la Universidad de Tubinga en Alemania, y sus colegas descubrieron sobre los cuervos suena aún más impresionante.

Los cuervos cuentan controlando el número de vocalizaciones que producen. Esto refleja la forma en que los niños pequeños suelen responder a las tareas de contar. Por ejemplo, un niño pequeño puede responder a la pregunta «¿Cuántas manzanas?» con «Uno, uno, uno» o «Uno, dos, tres», producen sonidos correspondientes al número de objetos que ven.

Estudios anteriores han insinuado la capacidad de contar de animales vocalizados, como los carboneros de gorra negra. Se descubrió que estas aves producían notas más distintas al final de sus llamadas de alarma cuando se enfrentaban a un determinado depredador: cuanto más pequeño era el depredador, más notas emitían. Sin embargo, estos hallazgos no fueron concluyentes ya que podrían atribuirse a respuestas emocionales más que a un conteo deliberado. El equipo de Liao intentó aclarar esto realizando experimentos controlados con tres cuervos (corvus corona).

A los cuervos se les presentaron varias señales, tanto visuales (números arábigos coloreados en una pantalla táctil) como auditivas (acordes de guitarra o redoble de tambores). Había cuatro señales para cada tipo de estímulo. Mediante prueba y error, las aves aprendieron a asociar el número correcto de vocalizaciones con cada señal (de una a cuatro), recibiendo una recompensa si lo lograban. Si fallaban, debían tomarse un descanso del juego. Cuando los cuervos terminaron de contar, tomaron un objetivo para indicar que habían terminado.

Después de extensas sesiones de entrenamiento, todos los cuervos demostraron la capacidad de producir el número correcto de cantos con más frecuencia que por casualidad. Incluso mostraron el efecto de distancia numérica, donde era más probable que confundieran números similares, como tres y cuatro.

Cuatro no es un límite estricto para el cuervo; ese resultó ser el límite del diseño del estudio. Los investigadores confían en que los cuervos pueden contar más de cuatro.

«Producir un número específico de vocalizaciones con propósito requiere una combinación sofisticada de habilidades numéricas y control vocal», escribieron los neurocientíficos en su estudio.

“Aún no se sabe si esta capacidad existe en otros animales además de los humanos. Mostramos que los cuervos pueden producir de manera flexible números variables de una a cuatro vocalizaciones en respuesta a señales arbitrarias asociadas con valores numéricos.

Eso no es tan sorprendente. Los cuervos han sido reconocidos durante mucho tiempo como algunas de las aves más inteligentes del planeta.

Crédito: Pixabay.

Los cuervos son fabricantes de herramientas innovadoras. Han sido capturados usando palos para pescar sabrosas larvas en rincones escondidos e incluso pueden doblar cables para crear anzuelos improvisados, una hazaña que requiere planificación y comprensión de la manipulación de objetos.

La resolución de problemas es otro superpoder de los cuervos. Estas aves inteligentes pueden pensar en el futuro y almacenar alimentos para tiempos de escasez. Se vio a algunos cuervos arrojando nueces estratégicamente en carreteras muy transitadas. Los coches que pasan abren las conchas y ofrecen al cuervo una deliciosa comida preparada.

Los cuervos tampoco se olvidan fácilmente. Tienen una memoria impresionante, especialmente para las caras. Será mejor que no te confundas con un cuervo, porque estas aves pueden reconocer rostros humanos y seguir quejándose contra quienes les han causado daño, ¡durante años!

La comunicación es otra área en la que destacan los cuervos. Su complejo repertorio vocal les permite compartir información con notable precisión. Diferentes llamadas pueden advertir a otros cuervos sobre un peligro inminente o incluso identificar individuos específicos dentro de su grupo social.

Implicaciones evolutivas

Las últimas investigaciones añaden otra capa al impresionante currículum intelectual del cuervo: contar.

«Los hallazgos sugieren que las aves son capaces de utilizar un sistema numérico aproximado y no simbólico, mostrando un nivel de control vocal que refleja las habilidades tempranas de conteo de los niños humanos», escribieron los investigadores en su estudio.

Los hallazgos tienen implicaciones importantes para nuestra comprensión de la evolución cognitiva. Las aves (básicamente dinosaurios) y los mamíferos divergieron hace unos 324 millones de años. Las habilidades de conteo observadas en cuervos y mamíferos deben representar una evolución convergente, donde ambos grupos desarrollaron de forma independiente soluciones cognitivas similares.

Como tal, esta investigación no sólo destaca la inteligencia avanzada de los cuervos sino que también ofrece información sobre las vías evolutivas de la cognición.

Los hallazgos aparecieron en la revista. Ciencia.

¡Gracias por tus comentarios!

Source link

Hi, I’m Conchita Garcia

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *