Mochis NoticiasCienciaHallan rinoceronte lanudo de 32.000 años con piel, pelaje y órganos intactos
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Hallan rinoceronte lanudo de 32.000 años con piel, pelaje y órganos intactos

Hallan rinoceronte lanudo de 32.000 años con piel, pelaje y órganos intactos

Ilustración del rinoceronte lanudo
Ilustración de un rinoceronte lanudo. Crédito: Benjamin Langlois/Wikimedia Commons.

Desde la tierra helada de Siberia, un joven rinoceronte lanudo ha resurgido después de pasar más de 32.000 años atrapado en el permafrost. Su conservación es nada menos que notable: la piel, el cabello e incluso algunos órganos internos permanecen prácticamente intactos. Este descubrimiento brinda a los científicos una rara y valiosa oportunidad de comprender una especie de megafauna que vagaba por la Tierra durante la última Edad del Hielo.

«Es fascinante», dijo Valerii Plotnikov, paleontólogo involucrado en el estudio. «La sensación de tocar algo que vivió hace decenas de miles de años es indescriptible.»

Gordo y pelaje: la vida adaptada a la Edad del Hielo

Descubierto en 2020 a orillas del río Tirekhtyakh en la República de Sajá, en el lejano oriente de Rusia, se cree que este rinoceronte lanudo tenía unos cuatro años cuando murió. Las ruinas, que los científicos han apodado «Rhino Abyisky», están sorprendentemente bien conservadas gracias al permafrost. Aunque a menudo se encuentran fósiles de animales de la Edad del Hielo, las momias con tejidos blandos intactos son poco comunes, según Love Dalén, profesora de genómica evolutiva en la Universidad de Estocolmo.

«Probablemente uno de cada 10.000 se encuentra con algo como esto», dijo Dalén a CNN.

La momia del rinoceronte lanudo encontrada en el permafrost
La momia del rinoceronte lanudo encontrada en el permafrost. Crédito: Academia Rusa de Ciencias.

Este rinoceronte en particular todavía tenía tejidos blandos, piel y una joroba de grasa en su espalda, una característica que nunca antes se había observado físicamente en momias de rinoceronte lanudo. Jorobas grasas como estas son comunes en los animales árticos y actúan como reservas de energía durante los duros meses de invierno.

«Sabíamos por los esqueletos y el arte rupestre que los rinocerontes lanudos tenían grandes jorobas en los hombros», dijo Adrian Lister, paleobiólogo del Museo de Historia Natural de Londres. Ars Técnicay añadió que «tal vez esta sea la primera vez que se descubre grasa allí, lo que sin duda es un gran descubrimiento».

La gruesa joroba, que alcanzaba hasta 13 centímetros (cinco pulgadas) de altura, probablemente proporcionó al rinoceronte la energía esencial para sobrevivir al clima gélido, casi como una batería térmica. Otros animales de la Edad del Hielo utilizaron un truco similar. el Ovibos moschatuso buey almizclero, tenían grandes depósitos de grasa a lo largo de la espalda y el cuello. Asimismo, el camello gigante Paracamelus (el antepasado de los camellos modernos) tenía una joroba gorda que ofrecía una ventaja de supervivencia durante los largos y oscuros inviernos árticos.

El rinoceronte Abyisky también arroja luz sobre otro aspecto intrigante de la vida en la Edad del Hielo: los cambios en su cabello a medida que envejece. Los rinocerontes lanudos jóvenes tenían un pelaje más claro y suave, similar al pelaje lanudo de un mamut. Sin embargo, a medida que maduraron, su cabello se volvió más oscuro y áspero. Los científicos creen que esta transición ayudó al rinoceronte a resistir mejor las condiciones frías a medida que crecía.

Pero no todo el pelaje sobrevivió intacto. En un lado del cuerpo del rinoceronte, sus restos resultaron gravemente dañados, con los órganos internos expuestos. Los científicos plantean la hipótesis de que los depredadores pueden tener partes del cuerpo después de la muerte.

Panorama más amplio de la ecología de la Edad del Hielo

Más allá de su preservación física, el rinoceronte de Abyisky tiene pistas sobre el entorno más amplio en el que habitaba. En su pelaje se encontraban diminutos crustáceos, pulgas de agua, que hoy ya no existen en la región. Estos parásitos revelan cambios en el ecosistema local a lo largo de milenios.

El rinoceronte lanudo era uno de los herbívoros más grandes de su ecosistema, sólo superado por el mamut lanudo. Vagaba por las praderas del norte de Eurasia, pastando junto a otros gigantes de la Edad del Hielo. A pesar de sus similitudes, los mamuts y los rinocerontes lanudos habitaban zonas distintas. Por ejemplo, mientras los mamuts lograron cruzar a América del Norte a través del estrecho de Bering, el rinoceronte lanudo nunca lo hizo. Las razones detrás de estas tendencias siguen siendo un misterio para los científicos.

Los paleontólogos esperan que futuros estudios revelen más secretos de este antiguo rinoceronte. «El estómago puede estar todavía intacto», señaló Albert Boeskorov, paleontólogo que dirigió la investigación. Si es así, la última comida del animal puede ofrecer información invaluable sobre su dieta y su entorno.

A medida que el Ártico se calienta, más criaturas prehistóricas como el rinoceronte Abyisky pueden emerger del permafrost que se está derritiendo. Sin embargo, el rápido derretimiento debido al cambio climático es un arma de doble filo: si bien puede revelar especímenes mejor conservados, una vez expuestos al aire, pueden deteriorarse rápidamente.

Como tal, este descubrimiento fue una carrera contra el tiempo. A medida que cambia el clima, debemos actuar con rapidez antes de que estos antiguos tesoros se degraden sin posibilidad de recuperación.

Por ahora, el rinoceronte lanudo de Abyisky ofrece una imagen poco común y detallada de la vida durante la Edad del Hielo, un período que continúa fascinando a los científicos y al público por igual.

Los hallazgos aparecieron en la revista. Doklady Ciencias de la Tierra.

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