Mochis NoticiasCienciaEl campo magnético de la Tierra se invirtió hace 41.000 años. Ahora puedes oírlo… y es de otro mundo
Mochis NoticiasCienciaEl campo magnético de la Tierra se invirtió hace 41.000 años. Ahora puedes oírlo… y es de otro mundo
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El campo magnético de la Tierra se invirtió hace 41.000 años. Ahora puedes oírlo… y es de otro mundo

El campo magnético de la Tierra se invirtió hace 41.000 años. Ahora puedes oírlo… y es de otro mundo

El campo magnético de la Tierra se invirtió hace 41.000 años. Ahora puedes oírlo… y es de otro mundo
Crédito: Peter Reid, Universidad de Edimburgo.

El campo magnético que transporta la Tierra, protegiéndonos de los rayos más peligrosos del sol, no siempre fue tan estable. Hace unos 41.000 años, ese campo protector se debilitó hasta quedar en un mero destello de su fuerza habitual. Y entonces se invirtieron los polos. Por un breve momento geológico, el norte se convirtió en sur. Ahora, por primera vez, se puede oír el sonido de esa agitación.

Científicos de la Universidad Técnica de Dinamarca y el Centro Alemán de Investigación de Geociencias han transformado esta antigua perturbación, conocida como evento de Laschamp, en algo que se puede experimentar con los oídos: un paisaje sonoro creado por los movimientos de las líneas del campo magnético de la Tierra. El resultado es inquietante, casi de otro mundo. Es una ventana al pasado lejano cuando el escudo magnético de la Tierra se debilitó y expuso al planeta a fuerzas del espacio.

Campo en flujo

El evento de Laschamp en sonido. Crédito: ESA.

La mayoría de nosotros no pensamos mucho en el campo magnético a menos que estemos perdidos en el bosque y saquemos una brújula. Pero en lo más profundo de nuestros pies, el metal fundido se enciende en el corazón del planeta, creando este campo de fuerza invisible. Se extiende miles de kilómetros en el espacio, formando una barrera que protege nuestra atmósfera de la radiación solar.

El campo magnético de la Tierra no es fijo. De hecho, siempre está en movimiento. Durante los últimos 200 años, el campo se ha debilitado aproximadamente un 9% a nivel mundial, según la NASA. Pero esto es sólo un pequeño episodio en una escala de tiempo mucho más larga. «Los estudios paleomagnéticos muestran que el campo es en realidad el más fuerte de los últimos 100.000 años y es dos veces más intenso que su promedio de un millón de años», señala la NASA.

Sin embargo, hubo momentos en la historia de la Tierra en los que este escudo magnético fue significativamente más débil. Durante esos tiempos, más radiación cósmica penetró en nuestra atmósfera. El evento de Laschamp, que ocurrió hace unos 41.000 años, es uno de los ejemplos más sorprendentes.

Durante este evento, los polos magnéticos se invirtieron. Al girar, las líneas de campo (esas líneas invisibles que guían todo, desde las agujas de las brújulas hasta las aves migratorias) apuntaban en la dirección equivocada.

«En términos de escalas de tiempo geológico, esto es muy rápido», explicó Norbert Nowaczyk, investigador del Centro Alemán de Investigación en Geociencias.

Según el Centro Alemán de Investigación de Geociencias, esta inversión duró sólo 250 años. Sin embargo, el campo magnético debilitado persistió durante unos 440 años antes de volver a su fuerza habitual. La superficie de la Tierra fue bombardeada por dañinos rayos cósmicos; la prueba son las huellas que dejaron en los núcleos de hielo y los sedimentos oceánicos en forma de isótopos de berilio-10.

El evento de Laschamp también estuvo relacionado con la extinción de la megafauna en Australia y con cambios en el comportamiento humano, incluido el uso de cuevas como refugio. Sin embargo, esto sigue siendo controvertido.

El sonido de la inversión magnética

Si bien los científicos conocen el evento de Laschamp desde hace décadas, un nuevo esfuerzo ha dado vida a este antiguo fenómeno de una manera inesperada: a través del sonido. Utilizando datos recopilados por la misión satelital Swarm de la Agencia Espacial Europea (ESA), el equipo creó una «visualización sonora» del campo magnético de la Tierra durante este evento.

Los científicos transformaron el movimiento de las líneas del campo magnético en sonido combinando los datos con sonidos naturales como el crujido de la madera y el choque de rocas. El resultado es un paisaje sonoro inquietante y de otro mundo. «El proceso de transformar sonidos con datos es similar a componer música a partir de una partitura», explicaron los investigadores.

Este desconcertante paisaje sonoro está diseñado para evocar y capturar la interrupción del campo magnético de la Tierra durante el evento de Laschamp.

¿Qué pasa hoy?

Hoy en día, los científicos siguen de cerca el campo magnético de la Tierra. Un área de particular interés es la anomalía del Atlántico Sur, una región donde el campo es inusualmente débil. Algunos investigadores se preguntan si esto podría indicar una inversión magnética inminente. Pero hasta ahora, no hay evidencia directa que vincule esta anomalía con un cambio futuro.

Desde 2013, los satélites Swarm de la ESA miden señales magnéticas de varias partes de la Tierra. Las áreas de interés incluyen el núcleo, el manto y la corteza, así como los océanos, la ionosfera y la magnetosfera. Estos datos ayudarán a los científicos a comprender mejor la compleja dinámica del campo magnético de la Tierra y deberían ofrecer una advertencia temprana de una inminente inversión de polos.

Si bien es probable que aún falten miles de años para cualquier posible cambio del campo magnético, las consecuencias podrían ser significativas, especialmente para la tecnología moderna. Un campo magnético más débil ofrece menos protección contra el viento solar y los rayos cósmicos, según Monika Korte, experta en geomagnética de GFZ Potsdam. Las brújulas pierden precisión y los satélites que gestionan las telecomunicaciones o monitorean el clima pueden sufrir interrupciones.

Sin embargo, Korte asegura que la atmósfera terrestre seguirá protegiendo a humanos y animales de las radiaciones nocivas. Pero, señala, los efectos que normalmente se observan durante las fuertes tormentas geomagnéticas, como daños a los satélites, problemas de comunicación y aumento de la radiación en los vuelos de larga distancia y en la Estación Espacial Internacional, pueden volverse más frecuentes incluso durante una actividad solar moderada.

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