Mochis NoticiasCienciaCensura científica motivada por preocupaciones prosociales: ¿a Watts le gusta eso?
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Censura científica motivada por preocupaciones prosociales: ¿a Watts le gusta eso?

Censura científica motivada por preocupaciones prosociales: ¿a Watts le gusta eso?

Un artículo publicado en noviembre pasado por las Actas de la Academia Nacional de Ciencias (PNAS) titulado «Motivos prosociales impulsan la censura científica por parte de los científicos: una perspectiva y una agenda de investigación» expone un problema profundo dentro de la comunidad científica: la censura impulsada por motivos ideológicos bajo el pretexto de . de preocupación prosocial. Este fenómeno tiene implicaciones de largo alcance, lo que sugiere que la academia y las instituciones científicas pueden estar cada vez más influenciadas por ideologías de izquierda o marxistas, lo que lleva a una representación distorsionada del conocimiento científico que se alinea con las narrativas aprobadas por el régimen.

Panorama general de la censura científica

La censura científica, tal como la definen los autores, implica acciones destinadas a impedir que determinadas ideas científicas lleguen a una audiencia por motivos distintos a la baja calidad científica. Históricamente, la censura ha estado asociada con regímenes autoritarios e instituciones dogmáticas. Sin embargo, este artículo plantea que la censura contemporánea a menudo es propagada por los propios científicos, motivados por la autoprotección, la benevolencia hacia sus pares y la preocupación por el bienestar de la sociedad.

“La ciencia es uno de los mayores logros de la humanidad, pero la censura científica rara vez se estudia empíricamente. Exploramos las causas y consecuencias sociales, psicológicas e institucionales de la censura científica (definida como acciones destinadas a impedir que determinadas ideas científicas lleguen a una audiencia por razones distintas a la baja calidad científica)»

https://www.pnas.org/doi/10.1073/pnas.2301642120

El artículo desafía aún más las narrativas populares, afirmando:

“Las narrativas populares sugieren que la censura científica está dirigida por funcionarios autoritarios con motivos oscuros, como el dogmatismo y la intolerancia. Nuestro análisis sugiere que la censura científica a menudo es impulsada por científicos, quienes están motivados principalmente por la autoprotección, la benevolencia hacia sus pares académicos y la preocupación prosocial por el bienestar de los grupos sociales humanos”.

https://www.pnas.org/doi/10.1073/pnas.2301642120

El papel del sesgo ideológico

Uno de los puntos críticos planteados en el artículo es el papel del sesgo ideológico en la censura científica. Los autores enfatizan que la mayoría de los académicos modernos se inclinan políticamente hacia la izquierda, lo que los predispone a censurar las perspectivas que se inclinan hacia la derecha. Esta homogeneidad ideológica crea un entorno en el que ciertas opiniones, particularmente aquellas que desafían las ideologías de izquierda predominantes, son sistemáticamente suprimidas.

Las notas de papel,

«La mayoría de los académicos modernos son políticamente de izquierda, por lo que ciertas perspectivas de derecha son probablemente objetivos de censura»

https://www.pnas.org/doi/10.1073/pnas.2301642120

Este sesgo no sólo sofoca el debate científico sino que también distorsiona el registro científico, lo que lleva a un falso consenso sobre diversas cuestiones.

Contexto histórico y paralelos modernos

El documento establece paralelismos entre casos históricos de censura y prácticas modernas. Se refiere a la persecución de Galileo por parte de profesores aristotélicos, que utilizaron la autoridad de la Iglesia para castigarlo por sus opiniones heliocéntricas. De la misma manera, los académicos actuales a menudo ejercen el poder institucional para suprimir las voces disidentes, ya sea mediante negaciones formales o formas más sutiles de castigo social.

«Aunque la Iglesia finalmente condenó a Galileo, su persecución fue dirigida principalmente por profesores aristotélicos que apelaron a la autoridad de la Iglesia para castigarlo. En los siglos XVI y XVIII, los censores estatales (a menudo los propios académicos) revisaban y rechazaban manuscritos en un sistema similar a la revisión por pares».

https://www.pnas.org/doi/10.1073/pnas.2301642120

Los autores proporcionan una taxonomía de la censura, distinguiendo entre censura «dura» (ejercida por autoridades como gobiernos y universidades) y censura «blanda» (penas sociales como el ostracismo y el daño a la reputación). Ambas formas prevalecen en la academia moderna, a menudo justificadas con el pretexto de proteger a grupos vulnerables o prevenir daños.

“La censura dura ocurre cuando la gente ejerce el poder para impedir la difusión de una idea. Los gobiernos y las instituciones religiosas llevan mucho tiempo censurando la ciencia. Sin embargo, las revistas, las organizaciones profesionales, las universidades y las editoriales (muchas de ellas gobernadas por académicos) también censuran la investigación, ya sea impidiendo su difusión o retractándose después de su publicación. La censura suave emplea castigos sociales o amenazas de aplicarlos (por ejemplo, ostracismo, vergüenza pública, dobles estándares en la contratación, el despido, la publicación, las fotografías y la financiación) para impedir la difusión de la investigación”.

https://www.pnas.org/doi/10.1073/pnas.2301642120

Las consecuencias de la censura

El artículo advierte sobre las importantes consecuencias de la censura científica. Cuando ciertas ideas se suprimen sistemáticamente, la literatura publicada se vuelve sesgada, lo que conduce a una comprensión distorsionada de la realidad. Esto, a su vez, afecta la formulación de políticas y las normas sociales, ya que las decisiones se basan en información incompleta o distorsionada.

«Puede surgir una censura sistemática y, por tanto, un malentendido sistemático, si la mayoría de los científicos comparten preferencias o prejuicios particulares que influyen en sus evaluaciones científicas».

Los autores ilustran esto con un escenario hipotético:

“La posible consecuencia epistémica de la censura científica. Las estrellas verdes son evidencia de que X es cierto. Las estrellas rojas son evidencia de que X no es cierta. Supongamos que cada pieza de evidencia tiene el mismo peso. La censura que obstruye la evidencia contra X producirá literatura revisada por pares que concluya que X es cierto cuando probablemente no lo sea».

https://www.pnas.org/doi/10.1073/pnas.2301642120

Recomendaciones para la transparencia y la rendición de cuentas

Para abordar estas cuestiones, los autores piden más transparencia y responsabilidad en la toma de decisiones científicas. Sugieren estudios empíricos para examinar los costos y beneficios de la censura y recomiendan criterios claros y transparentes para evaluar la investigación. Esto ayuda a mitigar la influencia de los sesgos individuales y garantiza que el discurso científico permanezca abierto y sólido.

«Discutimos incógnitas sobre las consecuencias de la censura y brindamos recomendaciones para mejorar la transparencia y la rendición de cuentas en la toma de decisiones científicas para permitir que se exploren estas incógnitas»

https://www.pnas.org/doi/10.1073/pnas.2301642120

Captura ideológica y sus implicaciones

La captura ideológica de la academia y las instituciones científicas no es un fenómeno nuevo, pero sus implicaciones son cada vez más evidentes. Cuando el discurso científico está dominado por una ideología particular, socava los principios fundamentales de la ciencia: la objetividad, la investigación crítica y el razonamiento basado en evidencia.

La alineación de las instituciones académicas con ideologías izquierdistas o marxistas exacerba este problema. Estas ideologías a menudo priorizan los objetivos sociales y políticos sobre la verdad objetiva, lo que lleva a la supresión de investigaciones que contradicen sus narrativas. Como señala el artículo,

«La ciencia existe en tensión con otras instituciones, y a veces provoca hostilidad y censura».

https://www.pnas.org/doi/10.1073/pnas.2301642120

Esta captura ideológica es evidente en varios campos, particularmente en la ciencia climática, donde las opiniones disidentes sobre temas como el cambio climático y las respuestas políticas casi siempre quedan marginadas. El resultado es una perspectiva monolítica que desalienta el debate y la innovación científicos genuinos.

Conclusión

El artículo de PNAS arroja luz sobre un tema crítico dentro de la comunidad científica: la censura impulsada por motivos prosociales y prejuicios ideológicos. Este fenómeno amenaza la integridad de la investigación científica y socava la confianza pública en las instituciones científicas. Para preservar la credibilidad y la objetividad de la ciencia, es esencial reconocer y abordar las influencias ideológicas que impulsan la censura y promover un discurso científico más abierto y equilibrado.

Al fomentar la transparencia, la rendición de cuentas y la diversidad ideológica, podemos garantizar que la ciencia siga siendo un fiel reflejo de la realidad, en lugar de una herramienta para promover agendas políticas específicas. Sólo entonces podremos defender el principio fundamental de que la evidencia, no la ideología, debe guiar nuestra comprensión del mundo.

Lea el artículo completo aquí.

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