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Los restos congelados de un antiguo mundo oceánico

Los restos congelados de un antiguo mundo oceánico

Crédito: Universidad Purdue.


Ceres, el asteroide más grande de nuestro sistema solar, ha intrigado a los científicos durante mucho tiempo.

Desde su descubrimiento en 1801 por el astrónomo Giuseppe Piazzi, los expertos han debatido de qué está hecho este objeto gigante con cráteres. Durante mucho tiempo, los cráteres de Ceres sugirieron que no podría haber contenido mucho hielo, pero una nueva investigación cuestiona esa idea.

Un equipo de científicos de la Universidad Purdue y el Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la NASA ahora cree que Ceres es en realidad un objeto muy helado, posiblemente alguna vez cubierto por un océano fangoso.

Este descubrimiento, dirigido por Ph.D. El estudiante Ian Pamerleau y el profesor asistente Mike Sori, fue publicado en Naturaleza Astronomía.

Su investigación utilizó modelos informáticos para simular cómo cambian los cráteres de Ceres a lo largo de miles de millones de años, revelando información sorprendente sobre su naturaleza helada.

«Creemos que hay una gran cantidad de hielo de agua justo debajo de la superficie de Ceres», explicó Sori.

«A medida que se profundiza, hay menos hielo, pero el hielo es más fuerte de lo que pensábamos si se mezcla sólo con unas pocas rocas. Esto ayuda a explicar por qué los cráteres de Ceres no se aplanan rápidamente, algo que él solía preguntarse».

Durante muchos años, los científicos asumieron que Ceres estaba relativamente seco, con menos del 30% de hielo. Sin embargo, el equipo de Sori ahora cree que la superficie tiene cerca de un 90% de hielo.

Este descubrimiento sugiere que Ceres era un «mundo oceánico», similar a Europa, la luna de Júpiter, pero con un océano sucio y fangoso que finalmente se congeló formando una corteza sólida.

Pamerleau describió cómo sus modelos informáticos mostraban que incluso los materiales sólidos pueden fluir lentamente con el tiempo, siendo el hielo más susceptible a este flujo que las rocas. Cuando se forman cráteres, crean cuencos profundos que ejercen mucha presión sobre la superficie.

Con el tiempo, estas tensiones hacen que los cráteres se vuelvan menos profundos mediante un proceso llamado «relajación». Estudios anteriores han concluido que debido a que los cráteres de Ceres no se han aflojado mucho, su superficie no podría haber estado muy helada.

Pero los nuevos modelos de Pamerleau y Sori sugieren que si el hielo se mezcla con alguna roca, difícilmente saldrá, incluso después de miles de millones de años. Esto puede explicar por qué Ceres, a pesar de ser rico en hielo, todavía tiene cráteres bien conservados.

La investigación de Sori se centra en comprender el interior de los planetas y cómo se conectan con lo que vemos en sus superficies. Su trabajo cubre muchos objetos de nuestro sistema solar, incluida la Luna, Marte y cuerpos helados como Ceres.

Destacó que Ceres, a pesar de ser llamado asteroide, se parece más a un planeta. Es un cuerpo casi redondo, de unos 950 kilómetros de diámetro, con características como cráteres, volcanes y deslizamientos de tierra.

La misión Dawn de la NASA, lanzada en 2007, fue la primera nave espacial en orbitar dos destinos extraterrestres: Vesta y Ceres. Aunque no llegó a Ceres hasta 2015, las observaciones de Dawn fueron cruciales para nuestra comprensión de este mundo helado.

Utilizando datos de Dawn, el equipo de Pamerleau y Sori pudieron modelar la estructura de la corteza de Ceres. Descubrieron que la mejor explicación para la falta de relajación del cráter es una corteza muy helada cerca de la superficie, pero que gradualmente se vuelve menos helada a medida que se profundiza. Esta estructura puede ayudarnos a comprender otros mundos helados de nuestro sistema solar.

Sori destacó la importancia de este descubrimiento: “Ceres puede ser el mundo helado más accesible del universo. Es un gran objetivo para futuras misiones, y su superficie puede contener pistas sobre un antiguo océano, ahora congelado, esperando ser explorado».

Fuente: Universidad Purdue.


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