Mochis NoticiasCienciaTodo está en la mente: la ciencia detrás de la asfixia bajo presión.
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Todo está en la mente: la ciencia detrás de la asfixia bajo presión.

La asfixia bajo presión, un fenómeno en el que los individuos se desempeñan peor de lo esperado en situaciones de alto riesgo, es un hecho bien documentado en humanos. Los atletas fallan tiros críticos, los músicos tropiezan durante actuaciones importantes y los profesionales tropiezan durante presentaciones magistrales. Esta disminución en el rendimiento a menudo se atribuye a una mayor ansiedad, a pensar demasiado o a una gran sensación de urgencia que interfiere con el funcionamiento normal.

Curiosamente, este fenómeno psicológico no es exclusivo de los humanos. El neurocientífico Steven Chase y su equipo de la Universidad Carnegie Mellon intentaron explorar si los primates no humanos experimentan una disminución similar de su rendimiento bajo presión. Su estudio, publicado en la revista Neurona el 12 de septiembre, proporciona nuevos conocimientos sobre los mecanismos neuronales detrás de la asfixia presurizada al examinar monos rhesus.

El diseño experimental

Los investigadores diseñaron una tarea basada en computadora que requería que los monos movieran un cursor a un objetivo con precisión usando un joystick. La finalización exitosa de la tarea resultó en recompensas de distintos tamaños. La mayoría de los premios eran estándar, pero ocasionalmente, los monos tenían la oportunidad de ganar un raro «premio mayor», un premio especialmente grande diseñado para crear un escenario de alto riesgo.

Para monitorear la actividad cerebral de los monos durante las tareas, el equipo implantó chips de electrodos en la corteza motora, la región del cerebro responsable de planificar, controlar y ejecutar movimientos voluntarios. Esto permitió a los investigadores registrar la actividad neuronal relacionada con la preparación y ejecución motora en tiempo real.



Hallazgos clave

Contrariamente a la expectativa de que la perspectiva de una recompensa mayor mejoraría el rendimiento, los monos obtuvieron peores resultados durante las pruebas del premio mayor. Las grabaciones neuronales mostraron que en estos escenarios de alta recompensa, la actividad neuronal asociada con la preparación motora se reducía significativamente. Esta reducción indicó que los cerebros de los monos estaban menos preparados para iniciar un movimiento cuando estaba en juego una recompensa mayor, lo que conducía a un rendimiento deficiente.

La neurocientífica conductual Bita Moghaddam comentó estos hallazgos y señaló que el aumento de las recompensas no mejora el rendimiento de forma lineal. En cambio, parece haber un nivel óptimo de motivación y excitación para lograr el máximo rendimiento. Más allá de este punto, una presión o incentivo adicional puede conducir a un declive, un concepto conocido como Ley de Yerkes-Dodson en psicología.


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La hipótesis del sesgo neuronal

Las observaciones del estudio respaldan la hipótesis del sesgo neuronal, que sugiere que la motivación excesiva o la anticipación de la recompensa pueden sesgar la actividad neuronal de una manera que perjudica el rendimiento. Esencialmente, cuando hay mucho en juego, el procesamiento normal del cerebro puede verse alterado, lo que lleva a una disminución de la eficiencia en la ejecución de las tareas.

Comprender que la asfixia bajo presión tiene una base neuronal en los primates abre la puerta a explorar mecanismos similares en los humanos. Si se encuentran los mismos patrones neuronales, se podría explicar por qué incluso los individuos altamente capacitados a veces fallan en momentos críticos. Este conocimiento puede conducir a intervenciones destinadas a mitigar la disminución del rendimiento.

Direcciones de investigación futuras

Steven Chase y su equipo planean ampliar su investigación a seres humanos. Su objetivo es investigar si la retroalimentación en tiempo real de la actividad cerebral puede ayudar a las personas a reconocer cuándo están a punto de ahogarse bajo presión y adaptarse en consecuencia. Técnicas como el entrenamiento de neurofeedback pueden enseñar a las personas a regular su actividad neuronal para mantener niveles óptimos de rendimiento.

Además, las investigaciones destacan la importancia de equilibrar la motivación y el estrés. Las estrategias que controlan la ansiedad y mantienen la concentración sin sobrecargar los circuitos neuronales responsables de la ejecución de las tareas pueden resultar beneficiosas en entornos de alta presión.

El estudio proporciona pruebas convincentes de que la asfixia bajo presión no es una experiencia exclusivamente humana, sino que tiene sus raíces en procesos neuronales fundamentales compartidos con otros primates. Al descubrir los mecanismos neuronales que conducen a un rendimiento reducido cuando hay mucho en juego, los científicos pueden trabajar para desarrollar herramientas y estrategias que ayuden a los humanos y a los animales a rendir al máximo, independientemente de la presión.


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