Cómo un experimento fallido condujo a la primera gran revolución de Einstein | de Ethan Siegel | ¡Comienza con una explosión! | agosto, 2024
El experimento de Michelson-Morley de 1887, a pesar de las expectativas, reveló un resultado nulo: ningún efecto. Las implicaciones fueron revolucionarias.
Imagínese estar vivo a finales del siglo XIX y pensar en uno de los fenómenos físicos más importantes del Universo: la luz. De ella ya se sabían una serie de cosas que hoy damos por sentadas. Conocíamos esa luz:
- se movía a la velocidad de la luz, unos 300.000 km/s,
- han mostrado un comportamiento ondulatorio como la interferencia y la difracción,
- y era de naturaleza electromagnética, con campos eléctricos y magnéticos que oscilaban en fase.
Hicimos una suposición subyacente sobre la luz, sin embargo, que no era necesariamente cierta: que, como todas las ondas conocidas, necesitaba un medio para viajar. Así como las ondas de agua requerían agua, las ondas sísmicas necesitaban la Tierra y las ondas sonoras necesitaban aire para viajar, se suponía que la luz también tenía un medio, conocido como éter luminífero.
Dado que se sabía que la luz se propagaba a través del vacío (como el vacío del espacio que separa la Tierra del Sol), nunca sucedió que la luz no necesitara un medio para propagarse; era…